Campamentos de verano
- Hoja parroquial
- 18 jul
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Actualizado: 12 ago

Los niños y jóvenes de la parroquia han participado este mes en distintos campamentos de verano. Diez niños han asistido a los campamentos junto al Seminario Menor de Rozas de Puerto Real y otros dieciséis adolescentes partieron el día de San Fermín hacia Villablino para compartir doce días con otros cuarenta chicos y chicas de catorce y quince años. Los primeros días de campamento tuvieron noches muy frías, con madrugadas a nueve grados en la tienda de campaña, pero según avanzaba el campa- mento el tiempo fue un poco más cálido. El capellán del campamento fue nuestro párroco D. Ignacio, la cocinera Mariola; y también participaron como monitores el seminarista Juan, Daniela e Iria.

Desde el minuto uno nos hemos llevado muy bien
El campamento de Villablino (León) ha sido el primero al que he ido con la Diócesis y sin duda lo volvería a repetir.
Desde el primer momento ha habido muy buen ambiente tanto con la gente de nuestra Parroquia como de otras porque, desde el minuto uno, todos nos hemos llevado muy bien y hemos tenido una relación muy buena y sana entre todos.
Empezábamos los días rezando y encomendado el día al señor, después de eso continuábamos rezando los laudes, hacíamos nuestras tareas y teníamos un rato de catequesis que además de que nos lo explicase Don Ignacio, algunos compañeros hacían un teatro a modo de explicación para que fuese más entretenido y luego cada uno nos íbamos por grupos a hablar de nuestras sensaciones sobre la Catequesis de ese día y a dar nuestra opinión, el siguiente momento de oración que teníamos era la misa que la solía hacer Don Ignacio en la iglesia de Villablino y, por último el momento de rezar completas en la capilla de la casa en la que estábamos para darle las gracias al señor y reflexionar de lo que habíamos hecho en el día.
Pero, sin duda lo que más me gustó fueron las Horas Santas que tuvimos porque fueron muy personales y nos emocionaron a todos.
Para mí el haber estado doce días sin móvil no ha supuesto ningún esfuerzo porque, además de haber ido con amigos míos, he conocido a gente muy buena y con mis mismos gustos, además, al no tener el móvil, creo que todos estábamos más pendientes de lo que pasaba a nuestro alrededor y hablábamos más entre nosotros.
En este campamento me lo he pasado genial y no ha habido ni un solo momento que no quiera repetir porque, además de haber sido un campamento cristiano, era de jóvenes y tanto el párroco como los monitores lo han sabido llevar de una forma buenísima para que se nos hiciese súper ameno con actividades diferentes y alternando momentos de oración y momentos de juegos.
Además de las actividades y los juegos hemos tenido marchas que gracias a las buenas migas que hemos hecho todos se nos pasaron muy rápido, desde pararnos en un mirador hasta dormir en la montaña, han estado genial todas, pero el día que más me gustó fue cuando fuimos a la piscina de allí porque consolidamos más las amistades y todos nos lo pasamos muy bien.
En pocas palabras, me ha encantado el campamento de este año y repetiría sin pensarlo dos veces.

Ha sido una experiencia increíble que repetiría mil veces
Soy itziar, el campamento ha sido una experiencia increíble que repetiría las veces que fueran, me ha sorprendido en varios aspectos, pensaba que iba a ser aburrido rezar todo el rato pero el campamento lo ha hecho todo súper bonito con sus canciones y con las personas que nos rodeaban.
Hicimos una hora santa super emotiva en la que lloramos todos pero fue un momento precioso.
He conocido gente increíble que espero volver a coincidir con ellos muchas veces, los monitores también eran todos maravillosos, nos ayudaban, nos divertíamos con ellos y tenían todas las actividades organizadas genial, super divertidas, no parábamos ni un momento!
Estando sin móvil, he estado súper a gusto sin estar pendiente a nada; solamente a mis amigos, y disfrutando lo máximo posible. A mí el campamento me ha encantado, ha sido mejor de lo que me esperaba, riéndonos y bailando todo el rato, un viaje increíble.

No quieres que se acabe
Este ha sido mi segundo año como acampado en Picos de Europa, y la verdad es que, antes de empezar, se me hacía cuesta arriba pensar en pasar 15 días alejado de todo. Pero una vez que llegas ya no quieres que se acabe.
Durante estos días en Soto de Valdeón hemos hecho actividades de todo tipo, y
cada una ha sido inolvidable, sobre todo por las amistades que se crean. Las veladas por la noche, los juegos en equipo, las rutas por los Picos de Europa, dormir al aire libre viendo rebecos al amanecer… Todo ha sido increíble. Pero, sin duda, lo mejor han sido las personas: los compañeros, con los que compartes
todo desde el primer día, y los monitores, que más que guías acaban siendo como hermanos mayores. También el cura, que ha sido muy cercano y siempre dispuesto a escucharnos. Todo el equipo ha creado un ambiente que realmente te hace sentir como en casa.
Además de pasármelo genial, he aprendido mucho sin darme ni cuenta: la paciencia en las rutas, el trabajo en equipo, a valorar lo sencillo y a disfrutar del presente, la belleza de la naturaleza en donde se podía ver a Dios. Esta experiencia no solo ha sido divertida, también me ha hecho crecer como persona, gracias a todos los que formaban parte del campamento. También las catequesis las cuales me han permitido reflexionar sobre temas que no solemos pensar y pasamos de largo como, la castidad, la vida eterna, la perfección de Dios…
Recomiendo esta aventura a cualquiera que quiera desconectar, aprender, pasarlo bien y que ame la montaña. Llegué conociendo a muy poca gente y me voy con un montón de amigos y recuerdos que me acompañarán siempre.
Miguel





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